El siglo XIX fue una época de insurrecciones. Desde la Revolución Francesa, la práctica de tomar el poder mediante el uso de las armas se convirtió en una estrategia de lucha política que provocó la multiplicación de la violencia. El desafío insurreccional generó grandes cambios históricos. Si bien su origen podía ser espontáneo o planificado, cada insurrección estuvo caracterizada por dinámicas y formas operativas similares. Casi siempre fueron lanzadas por generales y oficiales, aunque a menudo involucraron a actores marginales y clases populares. Mientras algunas terminaron inicialmente en un fracaso, otras tuvieron éxito inmediato. En cualquier caso, la finalidad máxima fue siempre la misma: la transformación del status quo político. El estudio de las insurrecciones se ha basado tradicionalmente en análisis causales que son necesarios para destacar los procesos de transformación que siguieron a la ruptura del orden imperante. Sin embargo, el enfoque en el “momento insurreccional” ilumina otras perspectivas de la insurrección. Este coloquio reúne casos de estudio con el fin de reflexionar sobre los mecanismos de desarrollo, los repertorios de acción y las prácticas militares que caracterizaron las insurrecciones del siglo XIX
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